La garra de los uruguayos se vio amenazada por la fortaleza, velocidad y orden de los japoneses, quienes brindaron un partido vibrante este jueves en la Copa América, encuentro que terminó con un empatar 2-2 .
Sin el juvenil estrella Takefusa Kubo en el once inicial, Japón salió a presionar a Uruguay, tener la posesión del balón y a atacar sin temor para mantener viva la ilusión de clasificar a la siguiente ronda.
Mientras el balón no llegase a Suárez y Cavani, Japón tenía el encuentro muy controlado ante un conjunto que especialmente al inicio extrañó la figura del lesionado Matías Vecino, y con Shoya Nakajima como su mejor jugador al poner al llenar de dolores de cabeza a la defensa charrúa.
El gol de Japón llegó tras un sensacional pase de Gaku Shibasaki, centrocampista del Getafe español, que vio libre a Miyoshi.
El pase de 40 metros lo recogió el extremo derecho para resolver a sangre fría ante el portero Fernando Muslera, que en este partido se convirtió en el portero uruguayo con más partidos en Copa América (15). En la jugada previa se había lesionado Diego Laxalt, que después del gol fue sustituido por Giovanni González.
Ese tanto dejó silenciados a los más de 25.000 uruguayos que asistieron al Arena do Gremio de Porto Alegre para ver el partidos, muchos de ellos llegados desde Uruguay en un viaje de más de 10 horas de carretera.
El público volvió a reaccionar cuando Edinson Cavani prácticamente se inventó un penalti a su favor en una jugada de mucha picardía, una plancha de Ueda que el árbitro solo cobró después de revisar el lance en el monitor del VAR.
Cavani pudo remontar el partido en dos acciones, primero con un furibundo disparo desde el pico del área que se estrelló en la cruceta del arco y luego en un mano a mano que no pudo resolver en plena carrera.
En el segundo tiempo el juego se tornó de ida y vuelta en la segunda parte, con un Japón nuevamente lanzado al ataque, Miyoshi aprovechó un desvío de Muslera en un centro para enviar plácidamente el balón y poner el segundo tanto para su equipo.
Sin apenas fútbol, Uruguay recurrió a meter sin pensarlo dos veces balonazos a Suárez y Cavani, y al balón parado, como el córner donde al aprovechar la mayor estatura de sus jugadores, Giménez anotó cabeza el 2-2 con tiempo todavía para buscar el triunfo.
Con esa misma fórmula Suárez estrelló después un disparo en el travesaño, pero fue la única clara ocasión que tuvo Uruguay en los veinte minutos que restaban para final, por lo que la Celeste claudicó ante el empate y tendrá que jugarse la clasificación a los cuartos de final contra Chile.