El Gobierno de Nicolás Maduro confirmó la muerte del Capitán de Corbeta de la Armada venezolana Rafael Acosta Arévalo, quien se encontraba detenido y bajo custodia del Estado por su presunta implicación en una conspiración, y solicitó a la Fiscalía abrir “una completa y exhaustiva investigación” que esclarezca este fallecimiento, que calificó como “lamentable”. Según Guaidó, el oficial estaba siendo torturado.
“Esperamos que la actuación expedita del Ministerio Público proporcione respuesta a la solicitud hecha por el presidente (…), en aras de preservar la paz y el buen desarrollo de la Justicia”, se añade en el texto.
En el comunicado del Grupo se señala que el Capitán “había sido capturado por hombres armados el 21 de junio y presentado ante un juez siete días después, el 28 de junio, con visibles signos de tortura. La gravedad de su estado de salud llevó al juez a remitirlo a un centro hospitalario, donde falleció este 29 de junio”.
Esta misma información la compartió la organización Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), que acusó hoy a funcionarios de la Dirección de Contrainteligencia Militar (DIGECIM) de Venezuela del “asesinato” del oficial Acosta Arévalo, y abogó por una “salida por la fuerza” en la crisis venezolana.