Las duras palabras del organismo surgieron luego de que se conociera el asesinato del desmovilizado de las Farc Dimar Torres, quien murió en manos de un suboficial del Ejército en abril.
“Este atentado es un desafío para el proceso de paz, ya que no cumple con el Acuerdo Final que exige el respeto a la vida de todos los excombatientes quienes deponen las armas. Por lo tanto, es una violación de las garantías acordadas por Colombia”, manifestó la ONU en un comunicado.
Así mismo, el organismo instó al gobierno colombiano a que “deje de incitar a la violencia contra los desmovilizados de las FARC-EP y a cumplir con las garantías que se les otorgaron durante las negociaciones en La Habana, sobre todo el respeto al derecho a la vida”.
Por su parte, el Gobierno respondió ante dichas acusaciones manifestando que “ellos no han tomado las medidas necesarias para poder hacer una verificación de los hechos. […] Eso muestra aún más la irresponsabilidad y la ignorancia con que estos señores están actuando. Nosotros tenemos no una sino muchas formas de dar esas alertas”.